Creo que los y las grandes poetas latinoamericanos del siglo XX que quedan con vida ya se pueden contar con los dedos de las manos. Por eso, que en una semana se mueran dos grandes, Nicanor y Claribel, provoca escalofríos, como un luto que se duplica, la perspectiva de un tiempo que se pierde en el horizonte y se aleja, dejando una sensación que es parecida a la del abandono. ª Nota: No hay libertad que no venga acompañada de un primer gran instante de pánico. ª Abrí la carpeta de mi computadora que dice poemarios y tuve que enfrentarme a la sensación d...
Escritor. El Salvador y Argentina