Hay días que siento que soy lo
opuesto a un proverbio oriental que decía algo así como “anda o detente, pero
con convicción”. Por eso el día que me subí en el avión rumbo al Sur ha sido
uno de los avances más trascendentales que he hecho.
Sin embargo, la cosa no se
resolvía ahí, porque como me dijo una vez un amigo, “el problema es que volver
es siempre una posibilidad” o como me contaba un día Rafa Cartagena, quien
vivió muchos años en Costa Rica, “a mí me pasó que yo me fui con la idea que
iba a volver”. Así que al proverbio oriental le faltó aclarar que el andar y el
detenerse en realidad no son procesos estáticos. Por supuesto estoy utilizando
mi situación residencial como ejemplo de cosas a las que nos enfrentamos a
diario, en el amor, el trabajo y la vida en general.
En la película alemana Los
Edukadores, dirigida por el austríaco Hans Weingartner, uno de los personajes
principales, Jan (Daniel Brühl) arroja una frase sobre el miedo que todavía hoy
me rompe la cabeza: El miedo es una droga
alucinante. No dejar que el miedo te controle, usarlo como motor, requiere
práctica. Colocarte en una situación en la que te mueres de miedo, al principio
te entra pánico, pero al cabo de un rato empieza a funcionar el sistema de
autoprotección del cuerpo, y cada vez te atreves a hacer más cosas. Acabas
superando tus límites. Creo que ésta una buena forma de verlo, en que tanto el
andar como el detenerse pueden ser una manera de superar nuestros límites.
Algo parecido dice la banda
chilena la Lira Libertaria en una de sus letras, ese “vértigo en el vientre”,
no es otra cosa que la libertad. Pero
la libertad también está en la posibilidad de apartarse o de tomar otro rumbo. La vida no es, o no tiene que ser, un proceso evolutivo, de etapas lineales,
articuladas y coherentes entre sí. La vida tiene que ser júbilo, más pregunta
que respuesta, como dice Sabato, para la vida la verdad no importa tanto,
importa más la ilusión o la esperanza. Así que ando y me detengo, me detengo y
ando. Todas las veces que sea necesario.
Comentarios
Publicar un comentario